Cuando no les chupan la sangre a los animales, las moscas de arena ( su nombre científico es Phlebotomus) tienen debilidad por saborear la planta de la marihuana (Cannabis sativa), según sugiere una nueva investigación.
Según un artículo publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, los hallazgos podrían servir para controlar la propagación de enfermedades que transmiten las mosquitas —las cuales se encuentran en todo el planeta.
Los investigadores comprobaron sus herramientas de análisis molecular, y el ADN no mentía: las moscas recogidas en todo el mundo han estado masticando como locas las hojas de marihuana.
Los parásitos no se recogieron en Colorado, California o Ámsterdam, sino en regiones en las que el cultivo de cannabis está prohibido, como Brasil, Etiopía, Israel y Kazajistán. Los mosquitos de la arena, que chupan la salvia de las plantas pero también beben sangre humana cuando llevan a sus crías, localizaron y se alimentaron de cannabis «a pesar de la aparente ausencia de estas plantas en la mayoría de los sitios», escribieron los investigadores. (La excepción a este misterio fue Kazajistán, donde crece una cepa silvestre autóctona de cannabis).
En las zonas donde la leishmaniosis(enfermedad transmitida por moscas y mosquitos) es frecuente, las trampas para insectos dirigidas a los flebótomos podrían ser mucho más eficaces si se utiliza el cannabis como trampa .
Ya sean urbanas o rurales, rodeadas de desiertos o de exuberantes jardines, las moscas de la arena han encontrado hojas de marihuana para chupar su salvia en casi todos los lugares. Son como los pachecos, que pueden oler a kilometros cuando alguien prende un gallo.
Un kibutz israelí fue el único lugar en el que ninguna de las moscas de la arena analizadas había comido recientemente una planta de cannabis; sin embargo, a sólo diez kilómetros de distancia, en Cisjordania, dos tercios de las moscas de la arena capturadas habían visitado recientemente la hierba prohibida.
Este hallazgo es una curiosidad, pero lo más importante es que podría informar sobre las decisiones de salud pública en los trópicos y subtrópicos. Los flebótomos estudiados propagan la leishmaniosis a cerca de un millón de personas al año.
La leishmaniosis es una enfermedad de gravedad variable que las personas pueden contraer cuando las moscas con un parásito particular las pican para beber su sangre. En las zonas donde la leishmaniosis es frecuente, las trampas para insectos dirigidas a los flebótomos podrían ser mucho más eficaces si se utiliza el cannabis como cebo.
Los investigadores no pudieron explicar por qué las moscas de la arena parecen sentirse tan especialmente atraídas por el cannabis, pero parecen estar de acuerdo en que es poco probable que sea, como en el caso de los humanos, para experimentar un subidón.
Sí observaron que algunos cannabinoides tienen propiedades antimicrobianas. Especulan que beber el jugo de la planta podría ayudar a neutralizar algunos de los parásitos que se encuentran en el intestino de los flebótomos, incluidos los que causan la leishmaniosis en los seres humanos. Si los flebótomos se automedican su microbioma con compuestos de cannabis, esto podría ser una información valiosa para reducir los costes de salud pública asociados a estos diminutos insectos.
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