El pasado 28 de junio de este 2021 ocurrió un hecho histórico en nuestro país. Después de 101 años, la Suprema Corte de Justicia de la Nación decidió declarar como inconstitucionales los artículos de la Ley General de Salud que prohíben el uso lúdico de la marihuana: 8 votos a favor y 3 en contra. Pero, ¿y ahora? ¿Esto es bueno o malo? Pues primero lo primero.
Cuando hablamos de marihuana nos referimos a las hojas, flores, tallos y semillas de una planta llamada cannabis. Y el cannabis no es moda, ni de hippies ni salió de un laboratorio narco. Es una planta que se ha usado desde tiempos remotos de manera recreativa, medicinal y hasta industrial.
En América Latina al menos siete países han aprobado la marihuana con fines medicinales: Colombia, Chile, Perú, Paraguay, Puerto Rico, Ecuador y Argentina. Y sólo dos, Uruguay y México han legalizado su consumo con fines recreativos.
El proyecto actual permitiría a cualquier persona mayor de 18 años solicitar una licencia a la Cofepris para su libre consumo. Ok, podrás consumirla, y luego, ¿dónde la compras? Siguen y seguirán existiendo leyes que prohíban su cultivo o comercio, multas por poseer más de lo legal y penas de prisión. En resumen, lo único que avanzamos se puede medir en gramos de posesión: de 5 a 28.
Ahora, ¿y la parte económica?, ¿no valdría la pena echarle ojo a países donde se permite su comercialización? En Canadá todos los usos del cannabis son legales. Hasta el primer trimestre de 2020 representó el 0.3% de su PIB. En Italia hasta el año pasado se registraron unas 3,000 compañías dedicadas al cultivo de la planta, lo que empleó alrededor de 10,000 personas. Y según Brightfield Group, la industria del cannabis medicinal y recreativo de Estados Unidos registrará 19,000 millones de dólares en ventas este año.
“Durante el año pasado las ventas globales de cannabis superaron los 21,300 millones de dólares y se espera que la tasa de crecimiento anual sea del 17% para llegar a los 56 mil millones USD para 2026.”: BDSA
Para México el abrir la comercialización de la marihuana representaría un gran aporte a la generación de empleos y por ende a la economía. Se va a necesitar quien trabaje la tierra, instale invernaderos, venda abono; quien desarrolle y registre marcas, genere publicidad de las mismas e instale lugares de maquila y puntos de venta. Se crearán servicios financieros, de consultoría, legales… Vaya, como cualquier otra industria. Se recaudarían impuestos los cuales utópicamente se podrían invertir en educación y salud, o ya de a perdis, en calles dignas sin baches como las que abundan en mi San Andrés Cholula.
La comercialización de la marihuana en México representaría la generación de 100 a 250 mil empleos de forma directa e indirecta, y una derrama económica para el 2025 de entre 8 y 10 mil millones de dólares.
Pensando que en algún momento se pueda legalizar la comercialización de la marihuana, ya muchos países nos están echando el ojo para su producción y exportación. Pero nuestros procesos regulatorios son tan precarios y desordenados, a ver si no es ahí “donde la puerca tuerce el rabo”.
De acuerdo con Endeavor, México es el segundo productor mundial de cannabis con hasta 27,000 toneladas anuales. ¿Te imaginas lo que pasaría si esto se hiciese de manera legal? ¿Será acaso el salvavidas para nuestra caída economía?
Somos uno de los países que desgraciadamente más hemos sufrido de la fracasada guerra contra el narcotráfico. ¿No sería bueno pagar esta deuda con la sociedad cambiando de rumbo?
Interrogantes muchas, avances pocos, pero bueno, algo es algo. Aplaudamos el camino de la regulación, y no el de la prohibición. Piénsalo, mínimo ahora, chance y podamos “entender” las decisiones de nuestro presidente… o dejarlas “fluir”.
Fuente: Felipe Sandoval