¿Sabías que el cannabis fue la droga más consumida en el mundo el año pasado? Así lo revela el último informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), que analiza las tendencias globales del uso de sustancias ilícitas. En este artículo te contamos los principales hallazgos del estudio y sus implicaciones para la salud y la sociedad.
El informe, publicado por Statista, estima que 209 millones de personas probaron el cannabis al menos una vez en 2020, lo que representa un aumento del 18% desde 2009. El consumo regular de esta planta, que contiene el compuesto psicoactivo tetrahidrocannabinol (THC), se asoció con un mayor riesgo de problemas psiquiátricos, suicidios e ingresos hospitalarios por trastornos relacionados con el cannabis.
Los opioides, un grupo de sustancias derivadas del opio o sintetizadas químicamente, fueron la segunda droga más usada, con 61 millones de consumidores no médicos. Estas drogas, que incluyen la heroína, la morfina y el fentanilo, tienen un alto potencial adictivo y pueden causar depresión respiratoria, sobredosis y muerte. De hecho, los opioides fueron responsables del 69% de las muertes por drogas en 2019 y del 40% de los tratamientos por consumo problemático en 2020.
Las anfetaminas, un tipo de estimulantes que aumentan la actividad del sistema nervioso central, ocuparon el tercer lugar en popularidad, con 34 millones de usuarios. Estas drogas, que abarcan la anfetamina, la metanfetamina y el MDMA (éxtasis), pueden provocar efectos adversos como ansiedad, paranoia, psicosis y daño cerebral. El consumo de éxtasis disminuyó posiblemente por el impacto de la pandemia de COVID-19 en el ocio nocturno.
La cocaína fue la cuarta droga más consumida, con 21 millones de personas que la usaron en 2020. Esta sustancia, extraída de las hojas de la planta de coca, produce una sensación de euforia, energía y confianza, pero también puede causar problemas cardiovasculares, convulsiones y dependencia. Según el informe, la producción de cocaína está en niveles récord y su pureza ha aumentado en algunos mercados.
El informe también alerta sobre el surgimiento y la expansión de los mercados de nuevas sustancias psicoactivas (NSP), que son drogas sintéticas que imitan los efectos de las drogas tradicionales pero que no están sometidas a control internacional. Estas drogas pueden tener efectos impredecibles y peligrosos para la salud y pueden ser difíciles de detectar y analizar.
La UNODC advierte que el consumo de drogas tiene graves consecuencias para la salud física y mental, especialmente en los jóvenes. Además, los mercados ilícitos de drogas están vinculados con la violencia y otras formas de crimen organizado. Las drogas alimentan y prolongan los conflictos armados y sus efectos desestabilizadores, así como su costo social y económico, obstaculizan el desarrollo sostenible.
Por eso, la UNODC llama a adoptar medidas integrales para prevenir y tratar el consumo problemático de drogas, así como para combatir el tráfico ilícito y reducir su impacto negativo en las personas y las comunidades.
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