La Asociación Universitaria Deportiva Americana (NCAA) ha votado para eliminar el cannabis de su lista de sustancias prohibidas para los jugadores de la División I, con efecto inmediato. Esta decisión marca un cambio significativo en la política deportiva de la NCAA y refleja un creciente consenso sobre el hecho de que el cannabis no es una droga que mejore el rendimiento y debería ser tratada de la misma manera que el alcohol.
El cambio de política de la NCAA llega aproximadamente cinco meses después de que el Consejo de la División I propusiera la modificación de las reglas. Esta nueva política, adoptada oficialmente el martes, se alinea con las regulaciones de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y aumenta el nivel de THC permitido para los atletas universitarios, una medida que ya se había implementado en 2022.
La NCAA ha destacado que su programa de detección de drogas se centrará ahora en la salud y el bienestar de los estudiantes atletas, en lugar de en medidas punitivas. Los cannabinoides se tratarán como otras drogas que no mejoran el rendimiento, como el alcohol, y se enfocarán en estrategias de reducción de riesgos relacionados con el uso problemático del cannabis.
Esta decisión forma parte de un movimiento más amplio dentro de varias organizaciones deportivas, como la NFL y la UFC, que buscan reevaluar las políticas de detección de cannabis en el contexto de su legalización generalizada en los Estados Unidos. Por ejemplo, la NFL ya había acordado poner fin a las suspensiones relacionadas con el consumo de cannabis en 2020 y ha financiado investigaciones sobre los beneficios terapéuticos del CBD.
El congresista Earl Blumenauer (D-OR), copresidente del Caucus del Cáñamo del Congreso, ha declarado que «Poco a poco, Estados Unidos vuelve a la razón después de 50 años de una guerra contra las drogas que ha fracasado». Esta reforma de la NCAA apunta hacia un enfoque de reducción de daños y pone énfasis en la salud general de los atletas, reconociendo que el consumo de cannabis no proporciona ninguna ventaja competitiva.
La eliminación del cannabis de la lista de sustancias prohibidas por parte de la NCAA es un importante cambio de política que refleja una tendencia más amplia en el mundo del deporte hacia la reevaluación del uso de esta sustancia. A medida que más organizaciones deportivas revisan sus políticas, es probable que surjan más discusiones y cambios en el futuro en torno al cannabis y su papel en el deporte.
Futuras Orientaciones y Desafíos Pendientes
Aunque la decisión de la NCAA representa un paso importante, las discusiones y debates sobre el consumo de cannabis en el deporte continúan. Por ejemplo, la AMA mantiene su prohibición del cannabis, argumentando que su consumo por parte de los atletas viola «el espíritu deportivo» y puede potencialmente afectar el juicio, representando riesgos para otros.
Los defensores de esta causa han presionado a la AMA para que revise su posición, especialmente después de casos muy publicitados como la suspensión de Sha’Carri Richardson. La Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA), la Casa Blanca y el presidente Joe Biden han señalado que las reglas internacionales sobre el cannabis deberían evolucionar.
En la misma línea, un jugador de la NFL recientemente demandó a la liga y a su antiguo equipo, los Broncos de Denver, por discriminación en el empleo después de recibir una multa de más de medio millón de dólares por dar positivo en la prueba de THC, a pesar de usar un cannabinoide sintético recetado.
Este movimiento es parte de un debate en curso sobre los beneficios y riesgos del cannabis en el rendimiento deportivo y la salud de los atletas. A medida que más organizaciones deportivas revisen sus políticas, es probable que surjan más discusiones y cambios en el futuro en torno al cannabis y su papel en el deporte.
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